LA NEUMONIA Y LA DIABETES

Aumenta la diabetes el riesgo de padecer neumonía

Si bien algunos cambios pueden ser normales con el envejecimiento, otros son señales de alerta ante un mayor riesgo de presentar ciertas enfermedades crónicas; sin embargo, para las personas con diabetes aumenta la probabilidad de padecer afecciones respiratorias agudas como la neumonía debido a la vulnerabilidad de su sistema inmune. De acuerdo con la doctora Irán Roldán de la O, especialista en medicina interna y geriatría del Hospital ABC, el envejecimiento de la población se ha convertido ya en un factor de riesgo para padecer neumonía, una enfermedad frecuente durante la época invernal y que es causada por la bacteria del neumococo. Puntualizó que actualmente 10 por ciento de nuestra población es mayor de 60 años y estiman que para 2025 la cifra aumente a 15 por ciento, lo que tiene un impacto trascendente en el sistema de salud, sobre todo porque las infecciones respiratorias y urinarias son las más frecuentes conforme avanza la edad. Al llegar a esta etapa de la vida, indicó la experta, los cambios en el sistema inmunológico suelen ser frecuentes y, en consecuencia, las defensas del organismo tienden a ser más vulnerables a adquirir enfermedades respiratorias agudas. Sin embargo, para quienes padecen algún mal crónico como la diabetes mellitus, alteraciones cardiovasculares y renales, además de  asma y bronquitis, entre otros, también repercute de manera negativa en su sistema inmune y son más propensos a presentar neumonía, sostuvo Roldán de la O. En ello coincidió el doctor Jorge Salas Hernández, neumólogo del Hospital Ángeles-Mocel, quien agregó que el consumo de tabaco y alcohol son también factores que llevan a la infección respiratoria. Explicó que la neumonía refiere a una infección en el pulmón causada por varias bacterias, virus y hongos, siendo las segundas las más comunes, “pero a menudo se complican con las primeras”. Derivado de ello, dijo que uno de los mayores problemas es el neumococo, un microorganismo patógeno capaz de provocar diversas infecciones pulmonares y afectar al sistema nervioso central a través de lo que se conoce como meningitis que produce daño cerebral en el individuo. Para quien vive con diabetes, la infección por neumonía puede desestabilizar los niveles de glucosa en sangre porque descompensa el organismo de la persona ante un sistema de defensas poco eficaz para confrontar el problema respiratorio y provocar hiperglucemia, refirió Salas Hernández. El neumólogo dijo que al mostrarse reducidos los mecanismos de defensa, incluso para las personas con diabetes, síntomas como fiebre alta, escalofríos, tos intensa, expulsión de flema y dificultad para respirar podrían conllevar a exhibir insuficiencia respiratoria. En este punto, los expertos concordaron en que el ejercicio como medicina preventiva y disminución en el consumo de cigarro son de suma importancia, pues el escenario actual de la neumonía puede mejorarse al reducir la tasa de mortalidad y optimizar la calidad de vida. Salas Hernández reiteró que aquí el médico de primer contacto juega un papel primordial al identificar si se trata de una neumonía, lo que requiere practicar una radiografía de tórax para determinar la presencia de signos y visualizar “manchas” en el pulmón y, en caso, de existir el microbio será necesario un análisis de sangre o de las flemas que expulsa el individuo. Además, ambos especialistas en la materia insistieron en que la neumonía por neumococo es prevenible a través de la vacunación en la población mayor de 50 años, pero especialmente en personas que tienen afecciones crónicas o co-relacionadas, es decir, la presencia de uno o más malestares. La doctora Roldán de la O, especialista en Geriatría, destacó que quien sufre de diabetes y se vacuna de manera preventiva, contrario al que no lo haga, su organismo “guarda memoria” de la sustancia orgánica y ante la presencia del microbio acciona un mecanismo de defensa que la protegerá de un mayor impacto. Es importante mencionar que al sufrir de diabetes es necesario acompañar su estado de salud con un régimen alimenticio saludable y sugerido por un especialista, así como de una práctica regular de ejercicio físico y sus respectivos medicamentos.