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jueves, 10 de marzo de 2016

EQUILIBRIO ACIDO - ALCALINO


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7 reglas de oro para comer en equilibrio ácido-alcalino


Los grandes principios a los que es preciso referirse para escoger de manera adecuada las proporciones de alimentos acidificantes, alcalinizantes y ácidos pueden expresarse en tres reglas generales, a las que se añaden cuatro suplementarias para las personas que padecen debilidad metabólica frente a los ácidos.
Todo ello os ayudará a encontrar el equilibrio ácido-alcalino de vuestro organismo y mantenerlo así saludable.

REGLA 1. Una comida no debe nunca estar constituida solamente por alimentos acidificantes, sino que debería siempre contener alimentos alcalinos.

Una comida de carne y pasta, o de pescado y arroz, con un bizcocho como postre acompañado de café, no es un menú recomendable, pues se halla compuesto por entero de alimentos acidificantes. Lo mismo puede decirse de una comida de pasta y salsa de tomate asociada a un postre azucarado.
Al añadir a estas comidas las verduras bajo la forma de ensaladas, crudas u hortalizas cocidas, el aporte de base (alcalinidad) alimentarias compensaría al menos en parte el de ácidos. Estas verduras se hallan a veces presentes en la comida, pero, por lo general, en cantidades tan reducidas que su efecto es inapreciable. Ello nos conduce a la segunda regla.

REGLA 2. En una misma comida, la cantidad de alimentos alcalinizantes debe ser mayor que la de alimentos acidificantes.

La proporción entre los alimentos productores de base y los alimentos productores de ácidos debe siempre resolverse a favor de los alimentos alcalinizantes. De esta manera, los ácidos podrán ser neutralizados al nivel intestinal o tisular, sin que el cuerpo tenga necesidad de recurrir a las reservas.

REGLA 3. La proporción de los alimentos alcalinizantes será tanto más importante cuanto que la acidificación del organismo sea pronunciada, o que la persona sea metabólicamente débil frente a los ácidos.

Cuando hablamos de que una persona sea “metabólicamente débil frente a los ácidos” nos referimos a que la persona no tenga recursos para neutralizarlos.
Cuanto más agotado o débil se halla el organismo, menos reservas básicas tiene a disposición del sistema tampón, y menos capaz es de oxidar los ácidos. Introduciéndole pocos ácidos gracias a una alimentación bien adaptada, el organismo es aliviado en sus esfuerzos por mantener el equilibrio ácido-básico.
Pirámide alimentos alcalinos
A estas reglas generales se añaden otras tantas suplementarias para quienes padecen debilidad metabólica frente a los ácidos.

REGLA 4. Una comida no ha de estar nunca constituida únicamente por alimentos ácidos, sino que deberá siempre contener alimentos alcalinos.

Esta regla se corresponde con la regla número 1, pero se trata aquí de alimentos ácidos y no ya de alimentos acidificantes.
Comer exclusivamente fruta o yogur, o beber tan solo suero lácteo está fuertemente desaconsejado, pues el aporte de ácido no es compensado por base alimentaria alguna, lo que obligará al cuerpo a extraerla de sus tejidos. Los riesgos de transtornos por desmineralización son, por consiguiente, muy importantes. Serán, por otra parte, rápidamente experimentados por la persona afectada (disminución repentina de la vitalidad, irritación de los dientes, sensación de frío, dolores musculares…).

REGLA 5. Las cantidades de alimentos acidificantes deben ser adaptadas a las capacidades metabólicas personales.

Las debilidades metabólicas frete a los ácidos rara vez son totales, sino, con frecuencia, más o menos pronunciadas según las personas (y las circunstancias: estrés, fatiga, trabajo, vacaciones). Ello significa que cada uno soporta una cierta tasa de ácidos, la cual no debe sobrepasar, ante el riesgo de desbordar sus capacidades orgánicas.
Mientras que la cantidad de ácidos ingerida sea inferior a esta tasa, el cuerpo llega a neutralizarlos oxidándolos y no se manifestará problema alguno de acidificación. Así, algunas personas muy sensibles saben bien que media manzana golden les conviene, pero no más, mientras que un cuarto de manzana reineta es ya demasiado para ellas. Para una misma persona, un alimento puede, por tanto, ser acidificacnte más allá de cierta cantidad, pero alcalinizante o neutro en proporción inferior.
Los alimentos ácidos pueden, pues, ser ingeridos por las personas metabólicamente débiles si adaptan la cantidad consumida a su capacidad. El umbral de tolerancia a no sobrepasar es individual y puede variar con el tiempo. Cada uno puede descubrirlo por la experiencia y la observación.

REGLA 6. Los alimentos ácidos no deben ser consumidos con demasiada frecuencia.

Una persona que padece debilidad metabólica frente a los ácidos, pero que se halla en equilibrio ácido-alcalino, puede hacer frente a un brusco aporte de ácidos extrayendo de sus reservas, si este consumo es excepcional, por ejemplo tras haber ingerido demasiada fruta. En efecto, tratándose de un aconteciminiento único, el equilibrio ácido-alcalino no será puesto en peligro y no surgirá ningún transtorno de acidificación.
Pasará, sin embargo, un cierto tiempo antes de que las reservas sean reconstruidas y de que el organismo pueda de nuevo hacer frente sin perjuicios a un aporte de ácidos. Ahora bien, si el consumo de nueva fruta aporta ácidos suplementarios antes de tiempo, el organismo deberá recurrir de nuevo a sus reservas, ya atacadas y disminuidas. Éstas podrán entonces ser insuficientes y el equilibrio ácido-alcalino se verá comprometido. Aparecerán trastornos de acidificación, no porque el organismo en sí no sea capaz de neutralizar esta fruta, sino porque la fruta ha sido ingerida demasiado pronto tras la primera.
Espaciando las tomas de estos alimentos difíciles de metabolizar, se aumenta la tolerancia personal respecto a ellos. Es útil conocer este hecho, pues permite ampliar la elección de alimentos a consumir.

REGLA 7. Los alimentos ácidos deben ser consumidos cuando el organismo se encuentra preparado para recibirlos.

Un proverbio árabe dice que las naranjas son de oro por la mañana, de plata al mediodía y de plomo por la noche. Para las personas que padecen debilidad metabólica es más bien al contrario: las naranjas y la fruta en general es nefasta por la mañana, pero mucho más beneficiosa por la tarde o por la noche. La razón de ello estriba en que su “motor orgánico” ha tenido tiempo, una vez llegada la tarde, de calentarse y normalizarse. En efecto, algunas personas tardan en despertarse físicamente por las mañanas. El corazón les late más despacio, su presión sanguínea es baja, los intercambios celulares, y por tanto las oxidaciones, entre otras cosas, se hacen con lentitud. No es sino tras haberse activado durante varias horas, y tras haber tomado una comida o dos, cuando su organismo encuentra la velocidad de crucero.
Si una persona así comiera fruta por la mañana o bebiese zumo de naranja, cuando no solo presenta una debilidad metabólica frente a los ácidos, sino que además su organismo trabaja todavía por debajo de sus capacidades reales, la oxidación de los ácidos se haría aún peor que de costumbre.
En el mismo sentido, los alimentos ácidos son mejor metabolizados en verano, con el tiempo cálido y soleado, así como cuando nos hallamos descansados en vez de fatigados.
tabla alimentos alcalinos ácidos dieta alcalina pH Alkaline Care

Bibliografía: - VASEY, C. (2015) Alimentación alcalinaEditorial Edaf. - YOUNG, R. O. (2012) La milagrosa dieta del pH. Ediciones Obelisco.

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