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miércoles, 10 de mayo de 2017

ECHEMOS POR TIERRA LA SABIDURIA NUTRICIONAL


REINO NATURAL
ECHEMOS POR TIERRA LA SABIDURIA NUTRICIONAL
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La forma en que comemos puede ser una cuestión de caprichos o de modas. 
¿Cuál ha sido la moda imperante al menos en Occidente durante las últimas décadas? 

Rico en hidratos de carbono y pobre en grasas; y generalmente la proteína acababa siendo la gran marginada. 
En resumen, rico en hidratos de carbono, pobre en proteína y pobre en grasas era la fórmula para alcanzar la perfección. "Come así y estarás sano y delgado", nos han asegurado. No hace falta ser un científico de altos vuelos para darse cuenta de que tras 20 años de convertir a EEUU en un gran experimento de alimentación rica en carbohidratos, la cosa no ha funcionado demasiado bien. 

Dicho claramente, la sabiduría tradicional se equivoca totalmente. Una dieta así es un obstáculo para perder grasa corporal y, lo que es peor, es un acicate para estimular la aparición de enfermedades crónicas.

En Occidente hemos estado asistiendo a una tormenta nutricional. Para entender por qué la nutrición convencional se equivoca, debemos entender las siguientes verdades y hechos:

1.- Es el exceso de insulina lo que te hace y mantiene gordo Es muy complicado engordar comiendo sólo grasa. Esto se debe a que la grasa no afecta a la insulina. 

¿Qué es lo que nos engorda? El exceso de insulina. 

Hay dos modos de incrementar los niveles de insulina. 
El primero es comiendo demasiados carbohidratos glucémicos, el segundo es comiendo excesivas calorías totales en una comida. Los americanos y gran parte de los occidentales hemos estado haciendo ambas cosas a la vez. 

Piensa en el siguiente hecho..¿cómo se ceba al ganado? 
Se le da grandes cantidades de cereales libres de grasa -espero que a partir de ahora empieces a ver de otro modo ese tazón lleno de cereales de trigo, maíz o arroz sin grasa. 
En el caso de los humanos, se nos 'ceba' principalmente con los cereales glucémicos, sus harinas y derivados refinados, y el azúcar.

2.- Tu estómago es políticamente incorrecto 

Tu estómago es un gran órgano lleno de ácidos que no puede diferenciar entre los carbohidratos. Dicho de otro modo, para tu estómago no existe diferencia entre una barrita de azúcar y chocolate con leche o una pizza.

3.- Todos no somos genéticamente iguales Seamos francos. 

Algunos son más afortunados que otros. Aproximadamente un 25% tiene una respuesta insulínica baja ante los carbohidratos. Por el otro lado, el 75% son los desafortunados. Si tras una comida rica en carbohidratos y azúcares (dulces ) no te sientes somnoliento o algo cansado es probable que pertenezcas al 25% afortunado.

4.- Hasta hace 10.000 años no existían cereales ni almidones en la Tierra Se nos ha dicho múltiples veces que el pan es algo así como la esencia de la vida. La verdad es que hasta hace unos 10.000 años nadie sabía lo que era el pan; esto es fundamental si tenemos en cuenta que el ser humano apenas ha cambiado genéticamente en los últimos 100.000 años.
Los humanos hemos evolucionado en el Planeta básicamente con una dieta basada en proteína baja en grasa, y frutas y vegetales. 
Los cereales aparecieron hace 10.000 años con la revolución agrícola del final del neolítico. 
Con ella, sucedieron diferentes eventos: -
El homo sapiens empezó a reducir su tamaño y altura por la falta de proteína - Enfermedades 'modernas' como la cardiovascular o la artitris aparecieron por primera vez en las culturas cerealísticas. 
Las primeras descripciones de un ataque cardíaco se encuentran en textos egipcios.  
Apareció la obesidad. Desconocida hasta entonces, se cree que los egipcios tenían una tasa de obesidad similar a la norteamericana hoy. Obviamente, la obesidad era considerada antiestética, y por eso en las pinturas egipcias sólo vemos personas delgadas.

5.- Necesitas grasa para quemar grasa Puede que esto te choque profundamente. Pero es una simple cuestión bioquímica. En primer lugar, la grasa no estimula la insulina (al menos no lo hace la grasa insaturada). 

En segundo lugar, la grasa ralentiza la entrada de los carbohidratos en la sangre, por lo que coadyuva a no producir tanta insulina. 

Por último, la grasa estimula la colecistoquinina (CKK) en el cerebro, la cual transmite sensación de saciedad. 
Por este motivo, muchos médicos recomiendan algo de grasa al comienzo de las comidas. Por si todo esto fuera poco, las grasas omega 3 favorecen la pérdida de grasa al mejorar la sensibilidad a la insulina de las células (la insulina conduce nutrientes a las células, pero cuando éstas son insensibles a la misma, y no la reconocen por tanto, el páncreas se ve forzado a segregar más y más insulina). 
Las grasas saludables son las monoinsaturadas como el aceite de oliva, y las grasas del pescado u omega 3.

6.- El principal predictor de enfermedad cardiovascular son los niveles elevados de insulina Llevas años escuchando una y otra vez acusar al colesterol del enemigo público número uno. 
Pero el colesterol alto no es un predictor principal de ataque cardíaco. ¿Cuál lo es si no? 
Los niveles elevados de insulina. Mi consejo es que aparte de conocer tus niveles de insulina en ayunas, compares tus triglicéridos con el colesterol HDL o 'bueno' (que también es un marcador alternativo al propio de la insulina). 
Lo óptimo es que su valor coincida o sea muy cercano; a menos colesterol HDL y más triglicéridos, mayor riesgo cardíaco.

7.- Los carbohidratos son como drogas que aceleran el envejecimiento 
Los carbohidratos no son maná caído del cielo. 

Necesitas carbohidratos en todas las comidas para generar energía, y al fin y al cabo también necesitas insulina. Pero un exceso de los mismos, tiene los mismos efectos tóxicos que un medicamento: en este caso una sobreproducción de insulina. 
No sólo uno de los principales pilares del envejecimiento es el exceso de insulina, sino que algunos lo consideran el más importante. 
Muchos médicos creen que la razón por la que la restricción calórica ha prolongado siempre la longevidad en todos los ensayos y especies probados es porque reduce la producción de insulina (Dr. Philip Lee Miller).

8.- Una dieta antiinflamatoria no es una dieta alta en proteína En una dieta antiinflamatoria comes entre 70 y 100 gramos netos de proteína diaria. Es más o menos lo que recomendaría la mayoría de nutricionistas. 
Una dieta equilibrada diseñada para una zona óptima de insulina siempre proporciona algo más de carbohidratos de lenta absorción como frutas, verduras, legumbres que de proteína. 
Una dieta alta en proteína y muy baja en carbohidratos te hará generar insuficiente insulina y te conducirá, por razones distintas a las dietas altas en carbohidratos, a problemas en tus sistemas hormonales.

Nadie en su sano juicio puede sostener hoy que el gran experimento nacional en EEUU ( exportado al resto del mundo ) del rico en carbohidratos, pobre en grasas, pobre en proteínas haya funcionado.

La crisis sanitaria es patente en múltiples países occidentales, agravada aún más por las deterioradas cuentas públicas. Se calcula que en 2025 (según la "Conferencia Mundial de Diabetes", diciembre 2006), habrá 380 millones de Diabéticos tipo 2 en el mundo, una enfermedad debida a la producción del exceso de insulina.

La enfermedad cardiovascular o el cáncer no son sino una parte del colorario de consecuencias de la epidemia de la inflamación que aviva la hiperinsulinemia. Las autoridades públicas han estado mirando hacia otro lado tras habernos embarcado en una gran catástrofe nutricional y sanitaria.

En el mejor de los casos han reaccionado tímidamente, mal y tarde. Es difícil volver a confiar en el estamento político y burocrático. Las grandes revoluciones comienzan por acciones individuales. La revolución de la salud no es distinta.

Sólo tienes que tomar las riendas de tu futuro y volver a una dieta acorde con tus genes. Puede ser una ironía del destino, pero es posible que lo que llevó a la humanidad a conquistar Tierra fuera un toque de suerte y, por qué no, una dieta favorable a la Zona.

Bibliografía básica: 
"Divergent trends in obesity and fat intake patterns: An American paradox", American Journal of Medicine 102: págs 259-264 (1997) -
"Fasting tryglicerides, high-density proteins, and risk of myocardial infarction", Circulation 96: págs 2520-2525 (1997) -
"Hyperinsulinemia as an independent risk factor for ischemic heart disease", New England Journal of Medicine 334: págs. 952-957 (1996) -
"Fasting insulin and apolipoprotein B levels and low density particle size as risk factors for ischemic heart disease", Journal of American Medical Association 279: págs. 1955-1961 (1998)

Cuando los estudios e investigaciones realizadas alrededor de un tema cumplen mas de 10 años de aceptacion y son temas vigentes podemos decir que lo que era una teoria se convirtio en ciencia, igual sucede con los estudios sobre los beneficios de un medicamento.

Articulo seleccionado y comentado por splendidavida.blogspot.com para LAS MEJORES WEB DE SALUD.

lunes, 8 de mayo de 2017

Por Qué el Queso Añejo y los Hongos Son Tan Buenos

¿Por Qué el Queso Añejo y los Hongos Son Tan Buenos Para el Corazón (y lo Hacen Más Longevo)?


Por el Dr. MercolaQueso Añejo

Historia en Breve

  • Las poliaminas como la espermidina, espermina y putrescina son derivados de los aminoácidos. Se encuentran tanto en los alimentos como en el microbioma intestinal, y son fundamentales para el crecimiento celular y la supervivencia
  • Las poliaminas tienen una fuerte actividad antiinflamatoria, protegen el ADN de los radicales libres y se han relacionado con la longevidad
  • En un estudio reciente, quienes registraron niveles más altos de espermidina, tenían 40 % menos riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca
El queso puede ser una excelente fuente de nutrición, en especial el añejo que se elabora con leche sin pasteurizar proveniente de vacas alimentadas con pastura, según la tradición. Entre los muchos nutrientes valiosos que hay en el queso verdadero (sin pasteurizar), se encuentra la vitamina K2, que es importante para el corazón, cerebro y la salud ósea.
Puede encontrar cantidades más altas de vitamina K2 en el gouda, brie y edam. Otros quesos con niveles más bajos de K2 pero aún considerables son el cheddar, colby, queso curado de cabra, suizo y gruyere.
El queso también proporciona una amplia gama de otras vitaminas (incluidas las vitaminas A, D, B2 y B12), minerales (como calcio, zinc y fósforo), aminoácidos y proteínas, así como grasas saturadas de alta calidad y omega-3.
En los últimos años, una serie de estudios han exonerado al queso (en especial al queso rico en grasas), al demostrar que un mayor consumo de éste da como resultado una mejora en la salud y ayuda en el control del peso. Por ejemplo:
  • Se ha demostrado que el queso rico en grasas eleva los niveles de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL),1,2 que se cree que protege contra las enfermedades metabólicas y enfermedades del corazón
  • El consumo de queso también ayuda a prevenir el hígado graso y mejora los niveles de triglicéridos y colesterol3 --los cuales son medidas que se utilizan para medir su riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular
  • El queso graso puede ser útil para el control de peso,4 en parte porque favorece al metabolismo5
  • En particular, el queso roquefort se ha relacionado con la salud cardiovascular y la longevidad, gracias a sus propiedades antiinflamatorias6,7
En la actualidad, los investigadores han descubierto en muchos quesos un compuesto aún más importante que ayuda a explicar su impacto beneficioso en la salud.

Las Poliaminas en el Queso Están Relacionadas con la Longevidad y un Menor Riesgo de Enfermedades

Las poliaminas son derivados de los aminoácidos, ambos se encuentran tanto en los alimentos como en el microbioma intestinal y son fundamentales para el crecimiento celular y la supervivencia.
A su vez, las poliaminas contienen sustancias químicas como la espermidina y espermina (llamadas así por haber sido descubiertas originalmente en el semen humano) y la putrescina. Tal como lo indicó la Real Academia de Química:8
"La espermina se deriva de la espermidina. Y, la espermidina, con la ayuda de espermidina sintasa surge de otra poliamina llamada putrescina, que fue nombrada así por el papel que desempeña en la carne podrida...
Estas poliaminas son la razón por la cual el semen y algunas especies de árboles, durante la primavera, emiten un olor...
La espermidina, espermina y putrescina tienen una fuerte actividad antiinflamatoria, protegen al ADN del daño de los radicales libres y se han vinculado con la longevidad en los estudios realizados en animales--incluso cuando a los animales les proporcionaron poliaminas desde la mediana edad.
Como grupo, las poliaminas son moléculas con carga positiva que interactúan bastante con moléculas de carga negativa, tales como el ADN, ARN y proteínas. Es por eso que son tan importantes para los procesos celulares que implican crecimiento, división, diferenciación y supervivencia.

La Espermina Protege de las Enfermedades del Corazón

Los estudios han demostrado en repetidas ocasiones que al aumentar los niveles de poliaminas en un organismo (incluidos los humanos),9 la actividad celular se incrementa y la mortalidad disminuye.10 en parte como resultado de la mejora de la función cardiovascular y la disminución de la presión arterial.
En un estudio reciente, que incluyó a 800 italianos amantes del queso, se descubrió que aquellos que tenían los niveles más altos de espermidina tenían un riesgo 40 % menor de sufrir insuficiencia cardíaca.11
En otro estudio con ratones sensibles a la sal,12 se descubrió que la espermina no sólo ofrece una gran protección contra enfermedades del corazón tanto en animales como en seres humanos, sino que incluso contrarresta los efectos negativos de llevar una alimentación rica en sal:
"Los suplementos orales de la poliamina natural espermidina, prolongan el periodo de vida de los ratones y tienen efectos cardioprotectores, por lo que se reduce la hipertrofia cardiaca y se preserva la función diastólica en ratones viejos.
El consumo de espermidina mejoró la autofagia cardíaca, mitofagia y respiración mitocondrial, además, también mejoró las propiedades mecano-elásticas de los cardiomiocitos in vivo, lo que coincide con... la supresión de la inflamación subclínica...
En las ratas Dahl sensibles a la sal que llevaron una alimentación rica en sal, un modelo de insuficiencia cardíaca congestiva inducida por hipertensión; el consumo de espermidina redujo la presión arterial sistémica, aumentó la fosforilación de la titina y previno la hipertrofia cardiaca además de disminuir la función diastólica y con ello el progreso de la insuficiencia cardíaca.
En los seres humanos, los altos niveles de espermidina en la alimentación, se evaluaron a partir de cuestionarios alimenticios, y se relacionaron con la reducción de la presión arterial y una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares. Nuestros resultados sugieren una nueva y viable estrategia para la protección contra las enfermedades cardiovasculares".

Las Poliaminas Ayudan a Combatir los Signos Visibles del Envejecimiento y a Aumentar el Promedio de Vida

Las investigaciones anteriores demostraron que los ratones transgénicos criados para no producir espermina y espermidina sufrieron pérdida de cabello, desarrollaron más arrugas en la piel y murieron a una edad más temprana que los ratones normales.13 Esto sugiere que las poliaminas desempeñan un papel importante en la lucha contra los signos visibles de envejecimiento y muerte prematura.
Es importante destacar que las poliaminas fomentan la autofagia celular,14,15 la cual tiene serias implicaciones en la longevidad.
Autofagia significa "auto-alimentación" y se refiere a los procesos por los que su cuerpo limpia los desechos, incluidas las toxinas, y recicla los componentes de las células dañadas--procesos que tienden a decrecer con la edad.
Los estudios de alimentación durante toda la vida, en roedores, han asociado la alimentación rica en espermidina a un incremento del 25 % en la esperanza de vida.16,17,18 En términos humanos, esto equivale a un promedio de vida de 100 años en lugar de 81.
Los animales que recibieron espermidina a una edad mayor, ganaron cerca de un 10 % de longevidad, lo cual puede llegar a significar varios años de vida en un ser humano.
Como señaló Leyuan Liu, Ph.D., profesor asistente del Instituto de Biociencias y Centro Tecnológico de Investigación Traslacional del Cáncer Texas A&M:19
"Sólo se ha demostrado que tres intervenciones realmente prolongan el periodo de vida de los vertebrados --reducir de manera drástica la cantidad de calorías que consume, restringir la cantidad de metionina de su alimentación (un tipo de aminoácido que se encuentra en la carne y otras proteínas) y utilizar el medicamento rapamicina.
Sin embargo, comer menos y no comer carne no será bien aceptado por la población en general, mientras que la rapamicina ha demostrado suprimir el sistema inmunológico humano. Por lo tanto, la espermidina puede ser un mejor método".
Además de su influencia general antienvejecimiento, la autofagia también es uno de los mecanismos mediante los cuales las poliaminas ayudan a proteger contra el cáncer (en específico el cáncer de hígado20,21) y la enfermedad de Alzheimer.

Las Poliaminas Corrigen el Reloj Corporal Interno

Es curioso que las investigaciones recientes22 también han demostrado que las poliaminas tienen la capacidad de restaurar el reloj corporal interno, lo que sugiere que podrían servir como una ayuda para dormir de forma natural. Mejorar el sueño también ayuda a reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas--incluidos el cáncer y Alzheimer--además de ser importante para la longevidad.
De acuerdo con los autores:
"Las poliaminas están... presentes en todas las células vivas. Los niveles de poliaminas se mantienen mediante la alimentación y la síntesis de novo, y su disminución con la edad se asocia con diversas patologías. Aquí mostramos que los niveles de poliaminas oscilan de manera diaria.
Ambos mecanismos, dependientes del reloj y la alimentación, regulan la acumulación diaria de enzimas principales en la biosíntesis de las poliaminas... A su vez, las poliaminas controlan el período circadiano en células cultivadas y los animales, al regular la interacción entre los represores del reloj central, PER2 y CRY1.
Es importante destacar que en los ratones con declive en los niveles de poliaminas con la edad, se relacionoó con un período circadiano más largo que se puede revertir por medio de poliaminas en la alimentación.
Nuestros resultados sugieren que hay una comunicación bilateral entre los relojes circadianos y la biosíntesis de poliaminas, lo cual abre nuevas posibilidades a las intervenciones nutricionales contra el deterioro de la función del reloj a causa de la edad".

La Fermentación Aumenta el Contenido de Poliaminas

Las poliaminas se encuentran en muchos alimentos distintos, incluidos los siguientes (observe el listado de abajo):23,24,25
Como regla general, las frutas y el queso contienen los niveles más altos de putrescina, los vegetales tienen los niveles más altos de espermidina, y los productos de carne tienen la mayor cantidad de espermina.26
Las investigaciones también demuestran que los niveles de poliamina aumentan, aún más, a través de la fermentación.
La dieta mediterránea, rica en vegetales frescos y mariscos, contiene por lo general, el doble de poliaminas que una la dieta promedio27 (la cual tiende a ser rica en alimentos procesados), y algunos científicos sugieren que el alto contenido de poliaminas puede ser la razón por la que la dieta mediterránea tiene una gran influencia positiva en la salud y longevidad.
Queso añejo (fermentado) como el queso azul, cheddar, Suizo, Brie, Gruyere, Manchego, Gouda y Parmesano28,29
Moluscos, incluidos calamares, ostras, cangrejos y ostiones
Los alimentos fermentados como el chucrut y miso
Vegetales crucíferos como el brócoli y la coliflor
Vegetales de hoja verde
Peras
Chícharos
Germen de trigo
Frutos secos y semillas, incluidas las avellanas, almendras, pistaches y cacahuetes
Hígado de pollo

Posibles Contraindicaciones

Algunos científicos y oncólogos advierten que las dietas ricas en poliaminas pueden estar contraindicadas para aquellos que padecen psoriasis, ya que la regeneración rápida de las células de la piel puede empeorar la enfermedad,30 y para ciertos cánceres sensibles a las poliaminas, como el cáncer de próstata. Tal como se observó en un estudio,31
"...las diferencias en el comportamiento biológico de las células prostáticas (cáncer) se asocian con cambios en los niveles de poliaminas y/o la actividad de sus enzimas metabólicas. La mala regulación de antienzimas en la homoeostasis de las poliaminas puede desempeñar un papel importante en el crecimiento y la progresión del carcinoma prostático.
Tratar las células de carcinoma de próstata humano con inhibidores de enzimas metabólicas de poliaminas o análogos de poliaminas, induce la detención del crecimiento celular o la muerte celular (apoptótica).

Consuma Alimentos Reales para Gozar de una Salud Óptima

Si le gusta el queso, hay suficientes pruebas que sugieren que el queso verdadero es excelente para la salud y no hay razón para evitarlo por miedo a su contenido graso. Las grasas saludables que se encuentran en el queso verdadero no aumentan su peso ni contribuyen a las enfermedades del corazón.
Al contrario, en realidad estas grasas incrementan su éxito en la pérdida de peso y reducen los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares.
Como advertencia, debe asegurarse de que está comiendo queso verdadero. El queso natural es un simple producto lácteo fermentado que se elabora con tan sólo unos pocos ingredientes básicos--leche, masa levada, sal y una enzima llamada cuajo. La sal es un ingrediente esencial para el sabor, maduración y preservación.
Puede identificar un queso natural por su etiqueta, la cual indicará el nombre de la variedad de queso, como "queso cheddar", "queso azul", o "Brie".
El queso verdadero también requiere refrigeración. Por lo general, los quesos procesados están pasteurizados y, de alguna manera, adulterados con una variedad de aditivos que disminuyen su valor nutricional. La clave en la etiqueta es la palabra "pasteurizado".
Una lista de ingredientes más larga, es otra manera de identificar un queso procesado de uno verdadero. El queso velveeta es un ejemplo, ya que tiene aditivos como fosfato de sodio, citrato de sodio y diversos agentes colorantes.
Una última pista es que la mayoría de los quesos procesados no requieren refrigeración. Por lo tanto, ya sean el velveeta, queso whiz, queso en spray o algún otro impostor--no son quesos verdaderos y no tienen ningún valor para compensarlo.
Incluso si no le gusta el queso, hay muchos otros alimentos ricos en poliaminas, tal como puede observar en la lista anterior, algunos alimentos fermentados y bebidas contienen los niveles más altos. Llevar una dieta tipo mediterránea es una manera de asegurarse de que está consumiendo suficientes de estos compuestos con propiedades ANTIINFLAMATORIAS Y ANTIENVEJECIMIENTO
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domingo, 7 de mayo de 2017

ANTIOXIDANTES EN ALIMENTOS: PRINCIPALES FUENTES Y SUS CONTENIDOS

La presencia de antioxidantes naturales en los alimentos es importante, no sólo porque estos compuestos contribuyen a definir las características organolépticas y a preservar la calidad nutricional de los productos que los contienen, sino además, porque al ser ingeridos, ayudan a preservar -en forma considerable- la salud de los individuos que los consumen. En efecto, la recomendación de aumentar la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes naturales es, en la actualidad, considerada una de las formas más efectivas de reducir el riesgo de desarrollo de aquellas enfermedades crónicas no transmisibles que más limitan la calidad y expectativas de vida de la población mundial.
En la presente sección se abordan, entre otras, las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las principales fuentes dietarias de antioxidantes?, 
¿Cuál es la naturaleza química de los antioxidantes que más abundan en los alimentos? y 
¿Cómo acceder a información acerca del contenido y actividad antioxidante de los alimentos?
Enfrentados a la interrogante ¿Qué alimento aportaría más antioxidantes al organismo?, es preciso tener presente las siguientes consideraciones: (i) mientras mayor sea el contenido de antioxidantes (mg /100 g de peso) de un determinado alimento, mayor será el aporte de antioxidantes que la ingesta de dicho alimento suponga al organismo; (ii) para un alimento con un contenido de antioxidantes dado, tendremos que mientras mayor sea la cantidad de alimento ingerido, mayor será la cantidad total de antioxidantes que podrían ingresar al organismo.  Entonces, para definir qué alimento podría suponer un mayor aporte de antioxidantes al organismo, será preciso considerar tanto el contenido de antioxidantes presentes en éste, como el tamaño de la porción (g) del alimento que regularmente caracteriza su ingesta.
En atención a ambas consideraciones, idealmente, para asegurar un mayor aporte de antioxidantes al organismo, deberíamos optar por consumir aquellos alimentos que junto con ser “ricos en antioxidantes” son, además, regularmente consumidos en porciones de mayor tamaño. Lo cierto, sin embargo, es que junto a lo anterior, se deberían tener presente, además, otras consideraciones. Por ejemplo, el que no necesariamente todos los antioxidantes presentes en un alimento serán absorbidos en igual magnitud tras su llegada al tracto gastro-intestinal (desde donde se absorben, para ser transportados a través de la sangre a los diversos órganos y tejidos donde actuarían). En efecto, para un individuo dado, la  biodisponibilidad de un antioxidante determinado (fracción de la cantidad inicialmente ingerida que finalmente llega a la sangre), dependerá, entre otros factores, de:
(1) la estructura química de cada antioxidante en cuestión (ej. eficiencia de absorción de los tocoferoles respecto a los carotenoides o a los flavonoides),
(2) de la matriz en la cual cada antioxidante se encuentra formando parte del alimento (ej. fruto entero respecto a jugo, liofilizado o microencapsulado del mismo) y
(3) del estado en que se encuentra el alimento a ser ingerido (ej. crudo respecto a cocido, natural respecto a procesado).
Claramente, para el consumidor de un alimento dado no es posible incidir directamente sobre estos tres últimos factores. Sin embargo, en la perspectiva de asegurar un mayor aporte de antioxidantes al organismo, el consumidor -al estar debidamente informado- tendrá la posibilidad de inclinarse por aquellos alimentos que más contienen antioxidantes. Para ello, a continuación se abordan las siguientes dos interrogantes:
¿Cuál son los antioxidantes que más abundan en los alimentos?, y
¿Cuáles son las principales fuentes dietarias de dichos antioxidantes?
Respecto a la primera interrogante, en breve, entre los antioxidantes que más abundan en la dieta cabe destacar: el ácido ascórbico, la vitamina E, los carotenoides, y los polifenoles. Para cada uno de estos antioxidantes se describen a continuación, aspectos relacionados con su química, con algunas de sus funciones, con las dosis diarias recomendadas, y con los principales alimentos que los contienen:

Acido ascórbico
. El ácido ascórbico o Vitamina C (Figura I) es un compuesto hidrosoluble que cumple importantes funciones como antioxidante en el organismo. Como tal, tiene el potencial para proteger proteínas, lípidos, carbohidratos y ácidos nucleicos (ADN y ARN) contra el daño oxidativo causados por diversos radicales libres y especies reactivas. Para acceder a información relacionada con las propiedades antioxidantes del ácido ascórbico, sus principales acciones biológicas y beneficios para la salud, por favor, dirigirse a la sección “Antioxidantes y salud: Evidencias científicas”. Desde un punto de vista nutricional, el ácido ascórbico es un nutriente esencial. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los mamíferos y otros animales, los seres humanos no tienen la capacidad para sintetizar vitamina C, por lo que deben obtenerla a través la dieta. La vitamina C es necesaria para la síntesis de colágeno (un componente estructural de los vasos sanguíneos, tendones), de ligamentos, y de los huesos.  También juega un rol importante en la síntesis del noradrenalina, carnitina (necesaria para obtener energía a partir del metabolismo de los lípidos), y posiblemente en la conversión metabólica de colesterol en ácidos biliares. La deficiencia severa de vitamina C puede dar lugar al escorbuto. Aunque en la actualidad se sabe que tal condición puede ser prevenida y/o revertida con una dosis mínima de 10 mg de vitamina C por día, las dosis diarias recomendadas
(RDA, Recommended Daily Allowance) en los EEUU son marcadamente superiores.
La Tabla I muestra los valores de RDA en función de las edades y género. El cálculo de las RDA sigue basándose principalmente en la prevención de la enfermedad asociada a la deficiencia de vitamina C, en lugar de la prevención de las enfermedades crónicas y de la promoción de una salud óptima. Cabe notar que la ingesta de vitamina C recomendada para los fumadores es de 125 mg/día, es decir, 35 mg/día superior a la de los no fumadores. Lo anterior es debido a que los fumadores se encuentran bajo mayor estrés oxidativo, como producto del consumo del tabaco (humo del cigarrillo) y, a que en general tienen niveles más bajos en sangre de vitamina C.
Conozca la opinión de expertos del Linus Pauling Institute, (Oregon, EEUU) acerca de los requerimientos de vitamina C por parte de la población.
Vitamina C y sus fuentes alimentarias. Las frutas y las verduras son, en general, una buena fuente de vitamina C. Si bien el contenido de ácido ascórbico en tales alimentos puede variar enormemente en función de la especie y variedad del fruto o verdura (Tabla II), con una ingesta diaria de cinco porciones de frutas + verduras  (2 ½ tazas, equivalente a 400 g) es posible asegurar una ingesta aproximada de 200 mg de esta vitamina.  Si bien siempre es más deseable consumir ácido ascórbico bajo la forma de los alimentos que lo contienen (pues estos aportan no solo vitamina C sino además numerosos otros nutrientes, fibras y microminerales), cabe notar que no existe diferencia química entre el ácido ascórbico presente en forma natural en los alimentos (cuyo isómero es L) y el ácido L-ascórbico sintético.
Si desea conocer en mayor detalle, y para un número más amplio de alimentos el contenido de ácido ascórbico, por favor, diríjase a la Base de datos de composición de vitamina C en alimentos de la USDA

Vitamina E.  El término vitamina E comprende dos tipos de moléculas químicamente muy relacionadas: los tocoferoles y los tocotrienoles. Desde un punto de vista estructural, ambas moléculas incluyen un grupo hidroxilo unido a un C-6 de un anillo aromático el cual está, a su vez, unido a un heterociclo oxigenado. Desde dicho heterociclo (C-2) nace una larga cadena lateral hidrocarbonada que, en el caso de los tocoferoles esta totalmente saturada (cadena fitilo), mientras que en los tocotrienoles exhibe tres instauraciones. Tanto los tocoferoles como los tocotrienoles se presentan bajo la forma de isómeros alfa, beta, gamma y delta. La Figura II muestra la estructura químicas de los tocoferoles.
En los alimentos, la concentración de tocoferoles es sustancialmente mayor a la de los tocotrienoles. Dentro de los tocoferoles, el isómero gamma es más abundante que el alfa, a lo menos en la dieta occidental (especialmente en la norte-americana). Sin embargo, los niveles de alfa-tocoferol en la sangre son aproximadamente diez veces mayores que los de gamma-tocoferol. Esto último se debería a que el hígado humano dispone de una proteína de transferencia de tocoferol que no responde a gamma sino solo al isómero alfa, lo que permite el almacenamiento, incorporación a lipoproteínas y posterior transporte y distribución de éste a otros tejidos. Además, relativo al isómero alfa, los otros tocoferoles son activamente bio-transformados (degradados) en el organismo, lo que no permite su acumulación.
Hasta ahora, la evidencia científica indica que la principal función biológica de la alfa-tocoferol en el ser humano sería la de actuar como antioxidante.  El carácter liposoluble del alfa-tocoferol (dado mayormente por la cadena lateral fitilo) le permite alcanzar mayores concentraciones en ambientes lipídicos. Esto último conduce a que sus propiedades antioxidantes se manifiesten principalmente a nivel de membranas celulares (ej. plasmática, mitocondrial), previniendo y/o retardando la oxidación de los lípidos de tales estructuras, y de lipoproteínas como la LDL (lipoproteína de baja densidad, Low Density Lipoprotein). La oxidación de LDL por parte de especies reactivas (radicales libres y otros oxidantes) es un evento clave en el proceso de aterogénesis ya que es conducente a la formación de ateromas o placas en el sub-endotelio vascular.
La capacidad que tiene el alfa-tocoferol para interceptar eficientemente la propagación de la lipoperoxidación no esta limitada a su acción solo en sistemas biológicos. En efecto, el alfa-tocoferol es también muy efectivo cuando es empleado como antioxidante para prevenir o retardar la rancidez oxidativa que afecta a lípidos y grasas en los alimentos.
Cuando una molécula de alfa-tocoferol “neutraliza” un radical libre (especialmente del tipo lipoperoxi), sea en un sistema biológico o abiótico, lo hace donando su átomo de hidrógeno fenólico (HAT) a dicho radical. Como resultado de ello la molécula de alfa-tocoferol se convierte en un radical libre llamado tocoferilo, el cual, como es de esperar,  carece de actividad antioxidante. Sin embargo, cuando tal reacción tiene lugar en el organismo, otros antioxidantes, como la vitamina C, serían capaces de reaccionar con el radical tocoferilo, regenerando la capacidad antioxidante original del alfa-tocoferol. Aspectos relacionados con lo anterior y con el rol del alfa-tocoferol en la oxidación de LDL y en la reducción del riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares son recogidos en la sección
“Antioxidantes y salud: Evidencias científicas”.
La forma de alfa-tocoferol que más se encuentra en los alimentos es el RRR-alfa-tocoferol (también conocido como “tocoferol natural” o d-alfa-tocoferol o ddd-alfa-tocoferol). El alfa-tocoferol sintético, que se etiqueta todo-rac- o dl-alfa-tocoferol, sólo tiene la mitad de la actividad biológica (como vitamina) del isómero  RRR-alfa-tocoferol.
La Tabla III muestra las dosis diarias de vitamina E recomendadas (RDA que aplican en los EEUU), en función de las edades y género. Es importante destacar que los valores de RDA indicados en dicha tabla se basan en la prevención de los síntomas de deficiencia de vitamina E y no en las dosis que se requerirían para promover la salud y prevenir las enfermedades crónicas. La razón de esto último es que la evidencia científica disponible es aún insuficiente para avalar la recomendación de aumentar tales la ingesta de tocoferol más allá de las RDA.
Las principales fuentes de alfa-tocoferol en la dieta occidental incluyen a los aceites vegetales (maravilla, cártamo, oliva), nueces, almendras, y vegetales de hoja verde. Las ocho formas de vitamina E (alfa, beta, gamma y delta de los tocoferoles y tocotrienoles) se encuentran en cantidades variables en los alimentos (Tabla IV).
Para obtener mayor información sobre el contenido de tocoferoles en los alimentos, por favor, diríjase a la Base de datos de composición de vitamina E en alimentos de la USDA

Carotenoides.  Los carotenoides son pigmentos sintetizados por las plantas, donde actúan como “quencheadores” (desactivadores) del oxígeno singlete. Este último es un ROS formado durante el proceso de fotosíntesis. Si bien el oxígeno singlete tiene una importancia muy menor en el desarrollo del estrés oxidativo generado por el organismo humano, tal como se indica más abajo, la actividad antioxidante de los carotenoides no se limita a la remoción de dicho ROS.
En nuestra dieta, los carotenoides se concentran mayormente (bajo la forma de isómeros todo-trans) en frutas, verduras y cereales, confiriéndoles colores amarillo, naranja o rojo. Desde un punto de vista estructural, los carotenoides se clasifican en: carotenos, representados por el alfa-caroteno, beta-caroteno y licopeno, y en xantofilas, representadas por el beta-criptoxantina, luteína y zeaxantina. Las xantofilas son carotenoides que incluyen uno o más átomos de oxígeno en sus estructuras.
La Figura III muestra la estructura química de los carotenoides más comúnmente presentes en los alimentos.
El alfa-caroteno, beta-caroteno y beta-criptoxantina son carotenoides del tipo pro-vitamina A, lo que significa que pueden ser convertidos en el organismo en retinol o vitamina A (esencial para asegurar el crecimiento normal de los tejidos, y para un adecuado funcionamiento del sistema inmune y de la visión). La función pro-vitamina A de dichos carotenoides es la única función actualmente reconocida como esencial. La luteína, licopeno y zeaxantina  no actúan como pro-vitamina A.
En general, los carotenoides exhiben una baja biodisponibilidad. Esto último se debería, parcialmente, a que estos compuestos se encuentran mayormente unidos a proteínas en sus matrices fito-alimentarias. Los procesos de cortado, homogenización y cocción de alimentos ricos en carotenoides generalmente incrementa su biodisponibilidad. Para que los carotenoides de la dieta sean absorbidos a nivel intestinal, estos deben ser antes liberados de la matriz del alimento e incorporados a miscelas mixtas (mezcla de sales biliares y varios tipos de lípidos).  Por lo tanto, una cantidad mínima de grasas (3-5 g) en una comida es requerida para asegurar su eficiente absorción intestinal. Por ejemplo, en el caso del licopeno, su biodisponibilidad desde el tomate se ve sustancialmente aumentada al someter a un proceso de cocción en aceite.
Carotenoides y sus fuentes alimentarias. Las verduras y hortalizas de color amarillo o naranjo, tales como la zanahoria y el zapallo, son una muy buena fuente de alfa y beta-caroteno. Por su parte, la espinaca es también una buena fuente de beta-caroteno, aunque la clorofila enmascara el pigmento amarillo-naranjo presente en sus hojas.
Algunos alimentos que son buena fuente de alfa-caroteno y beta-caroteno son los siguientes (Tabla V):
Algunos alimentos que son buena fuente de beta-criptoxantina son los siguientes (Tabla VI):
Algunos alimentos que son buena fuente de licopeno son los siguientes (Tabla VII):
Algunos alimentos que son buena fuente de luteína + zeaxantina (dada la complejidad de su análisis por separado, las determinaciones expresan a menudo la suma del contenido de estas dos xantofilas) son (Tabla VIII):
Para mayor información acerca del contenido de carotenoides en estos y otros alimentos, dirigirse a: http://www.nal.usda.gov/fnic/foodcomp/search/

Los Polifenoles. Los polifenoles son compuestos bio-sintetizados por las plantas (sus frutos, hojas, tallos, raíces, semillas u otras partes). Todos los polifenoles exhiben propiedades antioxidantes. Estos compuestos dan cuenta de la mayor parte de la actividad antioxidante que exhiben las frutas, las verduras y ciertas infusiones y bebidas naturales habitualmente consumidas por la población. Desde un punto de vista químico, todos los polifenoles exhiben en su estructura, a lo menos, uno o más grupos hidroxílos (HO-) unidos a un anillo aromático, es decir, presentan algún grupo fenólico. A su vez, entre los polifenoles es posible distinguir dos subtipos de compuestos:
I) Los flavonoides, cuya estructura (difenilpropano, C6-C3-C6, Figura IV) comprende dos anillos aromáticos (A y B) que se encuentran unidos entre sí por un heterociclo formado por tres átomos de carbono y uno de oxígeno (C), y para los cuales se han descrito más de cinco mil compuestos en el reino vegetal. Como se describe más adelante, a su vez, los flavonoides se subdividen en los siguientes seis grupos de compuestos: antocianidinas, flavanoles, flavanonas, flavonoles, flavonas e isoflavonas.
II) Los llamados no-flavonoides (algunos cientos), que comprenden, mayormente, alcoholes mono-fenólicos (ej. hidroxitirosol), ácidos fenólicos simples y estilbenos (ej. resveratrol). En el caso de los ácidos fenólicos simples, que constituyen la mayor parte de los polifenoles no-flavonoides, se encuentran los derivados del ácido benzoico (ej. protocatécuico, gálico, vanílico, p-hidroxi-benzóico) y los del ácido cinámico (clorogénico, caféico, ferúlico, p-cumárico).
Si bien todos los polifenoles exhiben propiedades antioxidantes, se ha establecido que algunos de estos compuestos exhiben, además, entre otras, propiedades anti-inflamatorias, anti-agregantes plaquetarías, anti-bacterianas, actividad estrogénica y moduladoras de la actividad de numerosas enzimas, incluyendo la de ciertas enzimas digestivas. Algunos de estos aspectos son abordados en la sección “Antioxidantes y salud: Evidencias científicas”.
La capacidad de los polifenoles para actuar como antioxidantes, tanto la de los flavonoides como de aquellos que no lo son, depende primariamente de la presencia de grupos HO- en su estructura. Al estar unidos a un anillo bencénico, los grupos hidroxilo confieren al polifenol la habilidad para actuar, ya sea como donante de un átomo de hidrógeno (HAT) o como donante de un electrón (SET) a un radical libre (o a otras especies reactivas).  En el caso de los flavonoides, en particular, algunos pueden, además, actuar como antioxidantes a través de un mecanismo que involucra su habilidad para reaccionar con (quelando) ciertos metales de transición (como cobre y hierro). Tal reacción evita la formación de los radicales libres hidroxilo (a partir de peróxido de hidrógeno en la reacción de Fenton) y de superóxido (a partir de oxígeno molecular) que, de otra manera, catalizarían ambos metales al estar en su estado libre y reducido (es decir, redox-activos). Por tanto, los flavonoides que exhiben en el anillo B de su estructura hidroxilos catecólicos, promueven además un efecto antioxidante a través del mecanismo mencionado (ej. quercetina, Figura V).
Los flavonoides suelen encontrarse en la naturaleza como compuestos conjugados, es decir, unidos a distintos azucares (como glucosa, fructosa), o bajo la forma de compuestos libres (llamados agliconas). Las proporciones de flavonoide libre y conjugado dependerán del tipo de alimento en que estos se encuentren. A su vez, el tracto gastrointestinal se expondrá a una proporción de libre/conjugado diferente, según sea el estado de cocción del alimento, y de la acción que hayan tenido a lo largo del proceso de digestión, diversas enzimas capaces de hidrolizar los azúcares. Esto último no es menor pues, las propiedades fisicoquímicas (que definen solubilidad y potencial para ser absorbidos) de los polifenoles pueden ser marcadamente afectadas por la presencia de dichos azucares. Cabe aclarar, sin embargo, que la absorción no es un proceso fundamental cuando la acción de estos compuestos es ejercida directamente en el lumen del tracto gastrointestinal; por ejemplo, modulando la actividad de alguna enzima digestiva, o actuando como antioxidante en forma directa sobre ROS presentes en el lumen. Lo es sin embargo, cuando la acción de los flavonoides es ejercida en forma sistémica, esto es, en órganos, tejidos o células a las cuales solo se accede previa absorción gastrointestinal y distribución desde la sangre a tales tejidos. En términos generales, la forma conjugada de los polifenoles es más polar (hidrosoluble) y por tanto menos absorbible (y biodisponible). A nivel de intestino grueso, las bacterias que normalmente colonizan el colon juegan también un rol importante en el metabolismo de los flavonoides, favoreciendo su absorción al promover la hidrólisis de los enlaces glucosídicos. En efecto, distintos individuos podrán diferir en cuanto a su capacidad para hidrolizar un determinado flavonoide (y luego para absorberlo) en función de las diferencias que estos tengan en su microflora colónica.
¿Es la ingesta de polifenoles “esencial” para la conservación de la salud? No existe aún evidencia de que el consumo de polifenoles sea “esencial” para la conservación de la salud, y por ende no existen a la fecha valores de dosis diaria recomendada (RDA) de estos compuestos. Sin embargo, abundante literatura científica da cuenta de diversos beneficios para la salud asociados a un mayor consumo de alimentos ricos en polifenoles, como son ciertas frutas, verduras, legumbres y cereales. Además, crecientemente, la evidencia da cuenta que el consumo de productos ricos en polifenoles, como el cacao (bajo la forma de chocolate negro/amargo), el te verde (en bebidas/jugos que lo contengan) o el vino tinto (en forma moderada) conlleva efectos que serían potencialmente favorables para la conservación y/o la normalización de parámetros fisiológicos relevantes o indicativos de la salud cardiovascular.
Para acceder a información relacionada con algunos de los beneficios para la salud asociados al consumo de alimentos ricos en polifenoles, por favor, dirigirse a la sección “Antioxidantes y salud: Evidencias científicas
Si bien la proporción de flavonoides respecto a la de polifenoles que no son flavonoides puede variar significativamente entre un alimento y otro, en el caso de las frutas y verduras, los flavonoides son, en general, los polifenoles que más abundan en estos alimentos. Junto a esto último, cabe mencionar que la literatura científica que implica a los polifenoles como factores de protección de la salud comprende mayormente a los polifenoles del tipo flavonoideo. La tabla IX describe, para cada uno de los seis grupos de flavonoides anteriormente mencionados (antocianidinas, flavanoles, flavanonas, flavonoles, flavonas e isoflavonas), los principales compuestos que constituyen cada grupo de flavonoides, y da ejemplos de aquellos alimentos que más concentran tales flavonoides.
¿Qué bebidas podrían constituir una buena fuente de antioxidantes? Para los flavonoides descritos en la tabla, junto a las frutas y las verduras, ciertas bebidas pueden constituir también una fuente de antioxidantes. Ejemplos de bebidas que concentran antioxidantes, y que además por su frecuencia de consumo podrían suponer un muy buen aporte de algunos de estos compuestos, son el té verde (y en menor grado el té negro), el café (especialmente el de grano) y el vino tinto. Cabe notar, sin embargo, que el consumo de estas bebidas como una forma de ingerir antioxidantes debe estar limitado a adultos, y de ser abundante y sostenido, debe considerar el potencial inconveniente que puede suponer la co-ingesta obligada de cafeína en el caso del té y del café regular, de compuestos capaces de afectar la biodisponibilidad del hierro dietario en el caso del té, y del consumo de alcohol y de las calorías correspondientes en el caso del vino tinto.  En este último caso, es preciso aclarar que si bien el vino tinto puede ser una buena fuente de ciertos polifenoles, muchas frutas y verduras contienen también los mismos compuestos antioxidantes, siendo las frutas y las verduras, además, una excelente fuente de otros polifenoles y, por sobretodo, de numerosos nutrientes (proteínas, lípidos, ácidos grasos, vitaminas, micro- y macrominerales, fibras, etc) que no están presente en tal bebida. Claramente, a diferencia del vino tinto, el consumo de frutas y verduras puede promoverse sobre la base de su riqueza nutricional y sin las reservas éticas y de salud pública que ameritan los riesgos reales que implicaría la promoción de un mayor consumo de vino tinto como una importante forma de “ganar salud”.
A pesar de estas últimas consideraciones, el consumo de té, café y también de vino tinto constituye una práctica muy arraigada y transversal en nuestra sociedad. Por ejemplo, en el caso del té (en sus diversos tipos), su consumo da cuenta a nivel mundial de la segunda bebida más consumida, después del agua. Sin exclusión de ciertas poblaciones latinoamericanas, en el caso de Chile, se tiene que, junto a las bebidas anteriormente mencionadas, ciertas infusiones de hierbas o “agüitas digestivas”, preparadas a partir de plantas regularmente empleadas por la población, como boldo, bailahuén y rosa mosqueta (entre otras), podrían suponer también una fuente interesante de antioxidantes para la población. Debe aclarase, sin embargo, que a diferencia del té, del café y del vino tinto, aún no ha sido evaluado el impacto real que el consumo de tales infusiones de hierbas puede tener sobre el estatus antioxidante del organismo o sobre otros parámetros biológicos relevantes a la conservación de la salud humana.
Mayor información respecto a ¿Qué compuestos antioxidantes caracterizan y cual es el nivel de antioxidantes de bebidas como el té verde, el café, el vino tinto, y ciertas “agüitas digestivas”? será presentada prontamente en este sitio. Desde ya agradecemos su eventual interés por dicho tema.
Antioxidantes como preservantes de alimentos elaborados.
¿Cuáles son los principales antioxidantes empleados en la preservación de los alimentos? Los antioxidantes empleados en la preservación de alimentos pueden ser clasificados, según su origen, en dos tipos: los naturales y los sintéticos. Entre los antioxidantes naturales que más se emplean como preservantes se encuentran: el ácido ascórbico, el alfa-tocoferol y diversos derivados del ácido rosmarínico. Tales compuestos pueden ser obtenidos: mediante extracción directa desde sus fuentes naturales (donde existen en abundancia), o bien, mediante síntesis química. Entre los antioxidantes no-naturales o sintéticos  más empleados por la industria de alimentos destacan: butil-hidroxitolueno (BHT; E 321), butil-hidroxianisol (BHA; E 320), tert-butil-hidroquinona (TBHQ), etoxiquina (EQ), galato de propilo (E 310) y quelantes de metales como EDTA y ácido cítrico.
Si gusta acceder a mayor información respecto a los siguientes antioxidantes, invitamos a usted a pinchar según corresponda: BHTBHATBHQ y EQ.
¿Existen riesgos asociados al consumo crónico de antioxidantes sintéticos? La inocuidad de la mayor parte de los antioxidantes sintéticos (como BHA, BHT, EQ, TBHQ y ciertos galatos) ha sido crecientemente cuestionada, especialmente en las últimas 2 décadas, como resultado de estudios que dan cuenta que, al ser administrados en forma prolongada y en altas dosis, algunos de estos compuestos pueden ser mutagénicos y/o carcinogénicos en animales de experimentación. Sin embargo, en la actualidad, dada la efectividad, el bajo costo y la aún controversial evidencia de riesgo real en humanos, los antioxidantes sintéticos siguen siendo empleados por sobre los antioxidantes naturales como principales preservantes en la industria de alimentos. Aunque se requiere aún de más investigaciones, la evidencia existente al día de hoy indica que, al emplearlos en dosis menores a la IDA (Ingesta Diaria Aceptable), el uso prolongado de aquellos antioxidantes sintéticos que son considerados GRAS (Generally Recognized As Safe) no debería suponer un riesgo apreciable para la salud de la población (para mayor información).

Bibliografía de la sección (para acceder al Abstract, pinchar el título de la Referencia):
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