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viernes, 30 de junio de 2017

VITAMINA B17 LAETRIL O AMIGDALINA

Cómo comer semillas de albaricoque (Vitamina B17 o LAETRIL) 
Para el tratamiento del cáncer y curar enfermedades crónicas
REINONATURAL

La vitamina B17 no está clasificado como una vitamina. Tiene muchos otros nombres, pero todos lo llaman “Laetril” . Laetril viene de la palabra latina para la estereoquímica de la molécula, laevarotatory y mandelonitrilo, o la identidad química.

La Glucosa, Benzaldehído y Cianuro de Hidrógeno son los tres componentes principales en Laetrilo. El Cianuro puede sonar aterrador, pero los huesos de Albaricoque contenienen pequeña cantidad de ella.
Es necesario que tragar por lo menos 65 huesos de albaricoque en un día para que se convierta en peligroso para su salud. El Cianuro es peligroso cuando se usa en grandes cantidades. Pero, cuando se utiliza en pequeñas cantidades y en combinación con otros compuestos, que es seguro.

Resultado de imagen para LAETRILE VIT. B17

La vitamina B17 y el cáncer
Alternativa Oncólogos tratan a sus pacientes con Laetril. Sin embargo, la FDA prohíbe el uso de la vitamina B17. Los médicos no pueden prescribir o tratar a sus pacientes con Laetril.

Sloan Kettering era el principal centro de investigación del cáncer en la década de 1970. Dr. Kanematsu Sugiura encontró que Laetrilo inhibe el crecimiento de tumores malignos de pulmón en ratones de laboratorio. Sin embargo, el Consejo de Administración Sloan Kettering en pensó que los nuevos hallazgos podrían reducir las ganancias, y no apoyó la prueba. Los tratamientos que no están patentadas no pueden traer dinero.

Los medios de comunicación jugaron un papel importante aquí, y dio a conocer un relato en el que el Cianuro en los huesos de Albaricoque y Semillas de Manzana es peligroso. Sin embargo, es un hecho que el Cianuro mata las células cancerosas, y su contenido en los granos es demasiado baja.

Laetrilo tratamientos de cáncer 
Las células sanas contienen rodanesa y enzima que no se ha encontrado en las células cancerosas. Las células cancerosas tienen Beta-Glucosidasa. Rodanasa tiene la capacidad de neutralizar Benzaldehído yCcianuro de hidrógeno en B17. Resulta éstos en un compuestos útiles, y el cuerpo puede utilizarlo.

Beta-Glucosidasa libera Benzaldehído y Cianuro de Laetril, y se dirige a las células cancerosas. Laetril también ayuda al cuerpo a sintetizar más vitamina B12. Las estadísticas muestran que muchos estadounidenses carecen de esta vitamina. Cuando se combina con altas dosis de vitamina C, los nutrientes crean una enorme potencia sinérgica

Dieta basada en plantas es sugerido por los Nutricionistas, y su cuerpo va a obtener suficientes Vitaminas y Minerales. Laetril necesita la ayuda de muchos nutrientes para trabajar de manera eficiente.

Laetril terapia
Laetril es eficiente, pero no debe ser considerado como un tratamiento para el cáncer primario.

Las dosis adecuadas pueden hacer maravillas, y laetril merece más atención. Está contenida en las semillas / granos de Albaricoque, Ciruela, Melocotón, Cereza, Nectarina, Aguacate, Manzana, Pera, Membrillo, Almendras Amargas, Nueces de Macadamia, etc.
Los huesos de albaricoque son una de las fuentes más ricas de Laetril.

Dosificación saludables
Los expertos sugieren que los pacientes a comer 24-40 granos durante todo el día. Los pacientes en remisión deben utilizar al menos 16 núcleos. Algunas personas utilizan una semilla de albaricoque por cada 10 libras de peso corporal. Aumentar el número de granos de forma gradual. Tome un núcleo, y esperar una hora. Si nota algo extraño, es probable que comer sus granos demasiado rápido. Comer demasiados núcleos puede tener un ingreso fatal. Encontrar lo que funciona mejor para usted.

Le damos algunas historias de personas que utilizan los huesos de albaricoque para tratar su condición. 

Solución No-cirugía para el útero y extirpación de ganglios linfáticos
cirugía “que había programado para la eliminación de útero y ganglios linfáticos alrededor de cáncer invasivo d / t cervical. Me negaba la cirugía, me negaba la tomografía axial computarizada. Pedí semillas de albaricoque, albaricoques secos, altas dosis de vitamina C IV administrados por mi amigo RN. Y hoy, 10 meses después recibí mi prueba de Papanicolaou, resultado es claro. La naturaleza tiene todo lo hecho por nosotros. Estoy 40. Ahora voy a planear para uno más chico.”

Cura para un cáncer raro de los ganglios linfáticos
“I ordenó este producto para mi hermano. Él tiene un cáncer poco común. Se le dijo que había algunos ganglios linfáticos grandes. Doctor quería que entrara a obtener una mejor visión de lo que estaba ocurriendo antes de que hicieran la quimioterapia. Tenía dos semanas con la semilla de albaricoque. Se molió 10 por día en su batido. Cuando regresó para esa mirada más cercana no vieron nada? Aún así, es bueno investigar antes de tomar “.

“Crecí comiendo estas semillas. Nunca se enfermó de ella. Si usted comió 5 a la vez, se puede sentir un efecto anestésico en la boca, que desaparece en segundos después de lavarlo con agua. He tenido hasta 20 en un día, y no he visto ningún efecto negativo, pero es necesario que su forma de trabajo poco a poco. No coma todos a la vez. Me siento más saludable cuando tomo estas semillas.”

Tratada 4,2 quiste pancreático pre-canceroso de 20 años
“Mientras que absolutamente no se puede sugerir algo para usted y su cuerpo, que tomó 100 de ellos (50 dos veces por día, yo peso 320 lbs.) durante 14 días y sin dolor extirparon un quiste pancreático 4,2 cm pre-canceroso que llevaba por veinte años, con cero efectos secundarios (al menos para mí). Yo como 30 por día cada mañana para la salud continua y el mantenimiento. Mi otra opción era un (aprox.) $ 80.000 peligro la vida, debilitante cirugía de Whipple increíblemente doloroso y más invasivo. Supongo que uno podría llamar a estas cosas “pequeños milagros de Dios”. Desde luego, eran para mí de todos modos !!!”

miércoles, 28 de junio de 2017

ACEITE ESENCIAL DE MORINGA MILAGROSA

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martes, 27 de junio de 2017

EL SISTEMA INMUNE

MORINGAPURA
EL SISTEMA INMUNE Y LAS EMFERMEDADES CRONICAS METABOLICAS
MORINGAPURA
EL SISTEMA INMUNE Y LAS EMFERMEDADES CRONICAS METABOLICAS

Interacción entre el sistema inmune y la bacteria 'Staphylococcus aureus' (en verde)
http://www.abc.es/media/salud/2017/06/20/bacteria-koWD--620x349@abc.jpg
Interacción entre el sistema inmune y la bacteria 'Staphylococcus aureus' (en verde)
El sistema inmune puede reaccionar exageradamente hasta matar al paciente
Los linfocitos ‘MAIT’ son los responsables de desencadenar el síndrome del shock tóxico en respuesta a las toxinas liberadas por los estafilococos y los estreptococos

Nuestro sistema inmune constituye la línea defensiva de nuestro organismo frente a los invasores, ya sean externos –por ejemplo, una bacteria o un virus– o internos –caso de una célula cancerígena–.
Y para ello, cuenta con numerosos tipos de células que, cual ‘policías’, patrullan por todo el cuerpo y, una vez detectan el invasor, unen sus fuerzas para combatirlo hasta matarlo. El problema ocurre cuando el sistema inmune se extralimita en sus funciones, lo que sucede cuando confunde a las células del organismo con ‘cuerpos extraños’ y las ataca –lo que da lugar a una enfermedad autoinmune–.
Y asimismo, cuando su respuesta al invasor es tan desmesurada que pone en peligro a los órganos del cuerpo y, por ende, a todo el organismo. Una situación que en términos médicos se denomina ‘síndrome del shock tóxico’ y que puede llegar a suponer la muerte del paciente.
De ahí la importancia de un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Ontario Occidental en London (Canadá), en el que se describe por primera vez a los responsables de desencadenar este ‘síndrome del shock tóxico’ y, así, abre la puerta al desarrollo de tratamientos para contrarrestarlo.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista «PLOS Biology», identifica a un tipo de células del sistema inmune llamado ‘linfocito T invariante asociado a la mucosa’ (MAIT) que, en presencia de toxinas liberadas por algunas especies bacterianas, puede provocar una respuesta Inflamatoria tan desmedida que puede incluso acabar con la vida del paciente.

Matar moscas a cañonazos
Los linfocitos T son un tipo de leucocito –o glóbulo blanco– que constituye la primera línea de defensa del organismo frente al cáncer y los patógenos.
Para ello, las membranas de los distintos tipos de linfocitos T –entre otros, los citotóxicos, los reguladores y los cooperadores– contienen multitud de receptores específicos para cada patógeno, lo que permite su detección y posterior destrucción.
Sin embargo, hay un tipo concreto de linfocito, el MAIT, que carece de estos receptores específicos, por lo que a diferencia de sus ‘hermanos’, no tiene la capacidad de identificar ningún a patógeno concreto. Entonces, ¿para qué sirven estos MAIT? Pues dada su falta de especificidad, actúan como una ‘navaja suiza’ y son capaces de luchar frente a todos los virus y bacterias.

Entonces, si ya contamos con estos MAIT que pueden combatir cualquier invasor, ¿para qué tener el resto de linfocitos? Pues porque cuanto más específica sea la respuesta a cada invasor, menos recursos deberán utilizarse y más adecuada será esta respuesta, evitándose así cualquier efecto colateral. Y es que para matar moscas no hace falta recurrir a los cañonazos. Y lo que hacen estos MAIT cuando encuentran a un patógeno es, según muestra el estudio, sacar a pasear los cañones.

En algunas situaciones, los MAIT, lejos de proteger al organismo, lo que hacen en realidad es causar enfermedad
Mansour Haeryfar
Para detectar a un invasor, el sistema inmune rastrea la presencia de ‘cuerpos extraños’ –por ejemplo, una proteína o una toxina– no originados en el organismo.
Se trata de los consabidos ‘antígenos’, ante cuya presencia se desencadena una respuesta Inflamatoria –o lo que es lo mismo, inmunitaria– para bloquearlos y destruirlos.
Y dado que el invasor está adherido a su antígeno, corre la misma suerte.
Sin embargo, y en presencia de algunas toxinas liberadas por especies bacterianas de los géneros ‘Staphylococcus’ y ‘Streptococcus’, los MAIT desencadenan una respuesta inflamatoria rápida y tan descomunal que, además de acabar con las toxinas y las bacterias que las han liberado, afecta a los tejidos y órganos colindantes, pudiendo provocar un daño tan brutal que puede suponer la muerte del paciente.
Es decir, la causa del síndrome de shock tóxico no se encuentra en las Toxinas Bacterianas, sino en la respuesta totalmente excesiva de unos MAIT que, como refieren los autores, «se pasan al lado oscuro».

En el estudio, los autores constataron la hiperrespuesta de los MAIT a los Antígenos Bacterianos –o más bien, como definen los investigadores, ‘superantígenos’, dada la magnitud de la respuesta que provocan– tanto en modelos animales como en células humanas. Y asimismo, observaron que esta hiperrespuesta que, transcurrido un tiempo, el sistema inmune, totalmente exhausto, se queda sin capacidad de actuación. O lo que es lo mismo, el organismo entra en un estado de inmunodepresión, lo que puede resultar mortal en caso de una nueva infección –lo que ocurre en caso de una ‘infección oportunista’.

Peor remedio que la enfermedad
En definitiva, y con objeto de contrarrestar este Síndrome del Shock Tóxico, deben tomarse medidas –como sería, por ejemplo, el desarrollo de fármacos– para atenuar este entusiasmo de los MAIT.

Como indica Mansour Haeryfar, director de la investigación, «en este contexto, los MAIT no protegen al organismo, sino que por el contrario causan enfermedad.
En nuestro trabajo hemos observado que los MAIT son la fuente más poderosa de un mediador inflamatorio denominado interferón-γ, con el que contribuyen a la morbilidad asociada con el síndrome del shock tóxico y con otras enfermedades similares mediadas por superantígenos».

Así, concluye el investigador, «Consideramos que las Terapias eficientes que actúen sobre los MAIT en el momento adecuado beneficiarán a los pacientes al prevenir una inflamación incontrolada y aliviar la inmunosupresión»

MORINGAPURA DEL PERU

Interacción entre el sistema inmune y la bacteria 'Staphylococcus aureus' (en verde)
El sistema inmune puede reaccionar exageradamente hasta matar al paciente
Los linfocitos ‘MAIT’ son los responsables de desencadenar el síndrome del shock tóxico en respuesta a las toxinas liberadas por los estafilococos y los estreptococos

Nuestro sistema inmune constituye la línea defensiva de nuestro organismo frente a los invasores, ya sean externos –por ejemplo, una bacteria o un virus– o internos –caso de una célula cancerígena–.
Y para ello, cuenta con numerosos tipos de células que, cual ‘policías’, patrullan por todo el cuerpo y, una vez detectan el invasor, unen sus fuerzas para combatirlo hasta matarlo. El problema ocurre cuando el sistema inmune se extralimita en sus funciones, lo que sucede cuando confunde a las células del organismo con ‘cuerpos extraños’ y las ataca –lo que da lugar a una enfermedad autoinmune–.
Y asimismo, cuando su respuesta al invasor es tan desmesurada que pone en peligro a los órganos del cuerpo y, por ende, a todo el organismo. Una situación que en términos médicos se denomina ‘síndrome del shock tóxico’ y que puede llegar a suponer la muerte del paciente.
De ahí la importancia de un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Ontario Occidental en London (Canadá), en el que se describe por primera vez a los responsables de desencadenar este ‘síndrome del shock tóxico’ y, así, abre la puerta al desarrollo de tratamientos para contrarrestarlo.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista «PLOS Biology», identifica a un tipo de células del sistema inmune llamado ‘linfocito T invariante asociado a la mucosa’ (MAIT) que, en presencia de toxinas liberadas por algunas especies bacterianas, puede provocar una respuesta Inflamatoria tan desmedida que puede incluso acabar con la vida del paciente.

Matar moscas a cañonazos
Los linfocitos T son un tipo de leucocito –o glóbulo blanco– que constituye la primera línea de defensa del organismo frente al cáncer y los patógenos.
Para ello, las membranas de los distintos tipos de linfocitos T –entre otros, los citotóxicos, los reguladores y los cooperadores– contienen multitud de receptores específicos para cada patógeno, lo que permite su detección y posterior destrucción.
Sin embargo, hay un tipo concreto de linfocito, el MAIT, que carece de estos receptores específicos, por lo que a diferencia de sus ‘hermanos’, no tiene la capacidad de identificar ningún a patógeno concreto. Entonces, ¿para qué sirven estos MAIT? Pues dada su falta de especificidad, actúan como una ‘navaja suiza’ y son capaces de luchar frente a todos los virus y bacterias.

Entonces, si ya contamos con estos MAIT que pueden combatir cualquier invasor, ¿para qué tener el resto de linfocitos? Pues porque cuanto más específica sea la respuesta a cada invasor, menos recursos deberán utilizarse y más adecuada será esta respuesta, evitándose así cualquier efecto colateral. Y es que para matar moscas no hace falta recurrir a los cañonazos. Y lo que hacen estos MAIT cuando encuentran a un patógeno es, según muestra el estudio, sacar a pasear los cañones.

En algunas situaciones, los MAIT, lejos de proteger al organismo, lo que hacen en realidad es causar enfermedad
Mansour Haeryfar
Para detectar a un invasor, el sistema inmune rastrea la presencia de ‘cuerpos extraños’ –por ejemplo, una proteína o una toxina– no originados en el organismo.
Se trata de los consabidos ‘antígenos’, ante cuya presencia se desencadena una respuesta Inflamatoria –o lo que es lo mismo, inmunitaria– para bloquearlos y destruirlos.
Y dado que el invasor está adherido a su antígeno, corre la misma suerte.
Sin embargo, y en presencia de algunas toxinas liberadas por especies bacterianas de los géneros ‘Staphylococcus’ y ‘Streptococcus’, los MAIT desencadenan una respuesta inflamatoria rápida y tan descomunal que, además de acabar con las toxinas y las bacterias que las han liberado, afecta a los tejidos y órganos colindantes, pudiendo provocar un daño tan brutal que puede suponer la muerte del paciente.
Es decir, la causa del síndrome de shock tóxico no se encuentra en las Toxinas Bacterianas, sino en la respuesta totalmente excesiva de unos MAIT que, como refieren los autores, «se pasan al lado oscuro».

En el estudio, los autores constataron la hiperrespuesta de los MAIT a los Antígenos Bacterianos –o más bien, como definen los investigadores, ‘superantígenos’, dada la magnitud de la respuesta que provocan– tanto en modelos animales como en células humanas. Y asimismo, observaron que esta hiperrespuesta que, transcurrido un tiempo, el sistema inmune, totalmente exhausto, se queda sin capacidad de actuación. O lo que es lo mismo, el organismo entra en un estado de inmunodepresión, lo que puede resultar mortal en caso de una nueva infección –lo que ocurre en caso de una ‘infección oportunista’.

Peor remedio que la enfermedad
En definitiva, y con objeto de contrarrestar este Síndrome del Shock Tóxico, deben tomarse medidas –como sería, por ejemplo, el desarrollo de fármacos– para atenuar este entusiasmo de los MAIT.

Como indica Mansour Haeryfar, director de la investigación, «en este contexto, los MAIT no protegen al organismo, sino que por el contrario causan enfermedad.
En nuestro trabajo hemos observado que los MAIT son la fuente más poderosa de un mediador inflamatorio denominado interferón-γ, con el que contribuyen a la morbilidad asociada con el síndrome del shock tóxico y con otras enfermedades similares mediadas por superantígenos».

Así, concluye el investigador, «Consideramos que las Terapias eficientes que actúen sobre los MAIT en el momento adecuado beneficiarán a los pacientes al prevenir una inflamación incontrolada y aliviar la inmunosupresión»

MORINGAPURA DEL PERU